Des del Globo
Al inicio de nuestros días profesionales, el momento ‘reunión’ motivaba especialmente. Era como acudir a un gran acontecimiento en el que seguro se sacaba algo de provecho. Ahora, en su práctica total mayoría, sirven para perder el tiempo, o para que el típico de turno se escuche a sí mismo.
Una de las últimas reuniones que tuve me hizo perder toda una tarde (con el trabajo que tengo). En primer lugar, el ‘supuesto’ jefe, llegó como tres cuartos de hora tarde. Sin disculparse, se puso a hablar con uno de los convocados sobre temas tan importantes como la crítica televisiva y la serie ‘Cuéntame’. No daba crédito a lo que estaba viviendo. Y yo con la columna del Ciudad por escribir, mi empresa descuidada y el partido de
Desde aquel día, las reuniones a las que acudo duran media hora como máximo, que es el tiempo real que se aprovecha en cualquier convocatoria. El resto es paja. Acudo a las reuniones ‘cañero’. Es decir, amenazo con irme si no se va al grano y antes de empezar, advierto que en media hora tengo otra reunión en mi oficina o en una hora y media en Alicante. Es la única manera de acabar con esta pesadilla de nombre ‘reunión’; llámese de vecinos, de trabajo o de Universidad.
2 comentarios:
Esta noche tenemos una reunión, no?
Palabra de verificacion: petkok
esas reuniones me molan
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