Exposición de Manolo Arjona en su casa (Carrer el Tap)

Des del Globo
De nuevo Solbes Arjona nos ofrece un regalo incontestable. Una exposición casera y temática pensada para el público más fiel. Todos sabemos que Solbes Arjona es trazo desmedido descontrolado de madrugada, son también Venecias y más Venecias, cada una más fantástica, distinta y genuina. Pero él asume su contribución a la borrachera ombliguista alcoyana, la de los Moros y Cristianos. Y como lo sabe, lo hace. Porque el autor trabaja en sus cosas, pero en la era del mercado global, debe trabajar lo que la demanda requiere. Y nos sorprende de nuevo con una serie de magníficos cuadros también emborrachados de color y más color, nítido, profundo. Una serie de escuadras dedicadas a cada una de las 28 filaes y otra serie un tanto más abstracta y arjoniana.
La reacción de los arjonistas es de asombro. ¿Hacia dónde miro? ¡Dios mío, me faltan ojos! ¡Mi retina se enciende! Cada una de las escuadras invita a la alegría, al estudio del detalle, a la improvisación y la investigación. Las siluetas de los escuadreros se difuminan, o se identifican perfectamente. Caballos galopantes y chorros de color blanco que fusionan cual mercurio en big ban decreciente en los cascos abencerrajes. Los escuadreros me chiflan, pero mucho más el submundo que casi ocultan. El confeti, las serpentinas, l’enrramà, los balcones, la profundidad de la calle. Fascinante escenario colorista que me emborracha, me emborracha sin resaca, al contrario. Así congratula la adicción. Magnífico, Manolo.