domingo, junio 27, 2010

Desvirgado taurino




No es mi intención alzar un debate taurino. Sólo os quiero contar que he ido a los toros por primera vez en mi vida, atraido por eso que se llama 'el arte del toreo', que ciertamente lo encontré. Lo detecté, lo disfruté siendo totalmente virgen y nada entendido en el asunto. Pero percibí ese aroma a tradición y a arte, es que me pareció cojonudo. Siempre bien asesorado por el bueno de Julio Pérez, quien me condujo hasta las entrañas de la plaza de Alicante y que explicó algunas de las cosas más básicas del toreo.
Lo tenía fácil para pasarlo bien, pues me llevó con su cuadrilla a lo alto de la plaza con cervezas frías, jamón, queso y salchichón. Me llamarán machista, pero además había unas mujeres bellísimas. Presencié el toreo de los maestros Ponce, Manzanares y Luque. Impresionante ponerse delante de esas bestias, maravillosos movimientos, increibles coreografías. Sí, el Luque ese buscó la oreja y la consiguió.
Todo me olió a un ambiente muy parecido al del fútbol, con la presidencia, la banda de música, la cerveza y el espectáculo en una perspectiva picada. Todo muy berlanguiano sea dicho de paso. Me llamó la atención que sólo haya un par de ferias en todo el año y que el resto de meses se quede sin utilidad (salvo las proclamaciones de las Belleas) la plaza de toros. Es como un impuesto revolucionario, pues es propiedad del Ayuntamiento que la mantiene pese a que debe ser deficitaria.
También me causó sensación comprobar como un elevado porcentaje de los que allí arriba estaban se dedicaban a todo menos a ver los toros. Hay murmullo y tiran las almohadillas al ruedo cuando acaba la corrida haya habido triunfo o no. Supongo que eso es así (de informal desde el punto de vista del espectáculo) porque son fiestas de Hogueras y va todo tipo de gente (hasta yo).
Me gustó, porque vi algo, noté esa afición, ese saborcillo a riesgo y a espectáculo. Pero tengo que decirlo, no me acostumbré (como sí parece que le pasa a todos los que van a los toros) a presenciar la muerte en directo, irremisible, imparable del toro. Eso no me gusta, eso no se si se puede cambiar, pero no me gusta. Aunque el animal no sufra porque desde que lo pican está medio muerto, aunque haya vivido cinco años como un rey semental.
En fin, que ya lo he visto, ya puedo opinar, ya puedo juzgar.

3 comentarios:

Txema dijo...

Jo també em vaig desvirgar taurinament en unes Fogueres! Les de 2002 i el primer bou no el matà nigú... es va desplomar d'un atac al cor davant Ponce! El 'paisano' del costat em va dir... 40 años viniendo a los toros y jamás había visto eso! Olé!! Fotografiar els caps tallats dels bous a l'eixida va ser el remat final a la jornada.

Alex Carcelén dijo...

Prueba ahora con las peleas de gallos. Seguro que molan mogollón! Pasión, crianza, sacrificio... sólo falta un poco de afición.

Anónimo dijo...

Prueba ahora con las peleas de perros, pasión, ambiente, sadismo y apuestas.
Y también mucha aficcion.
Si quieres mujeres bellisimas al club de carretera y con esas si que mojas.