viernes, noviembre 23, 2007

Estoy reunido


Des del Globo

Es el deporte nacional junto al tapeo, a la cervecita y por supuesto, al fútbol. Las reuniones nos hacen perder –calculo- unas seis horas semanales. Es la lacra de los negocios actuales. A todo el mundo le ha dado por reunirse, y a algunos a diario. Cierto es que sigue en el top ten de las excusas para cuando no deseas recibir a alguien. Un, ‘Estoy reunido’ a tiempo es ideal para despejar a proveedores, pesados y demás personalidades.

Al inicio de nuestros días profesionales, el momento ‘reunión’ motivaba especialmente. Era como acudir a un gran acontecimiento en el que seguro se sacaba algo de provecho. Ahora, en su práctica total mayoría, sirven para perder el tiempo, o para que el típico de turno se escuche a sí mismo.

Una de las últimas reuniones que tuve me hizo perder toda una tarde (con el trabajo que tengo). En primer lugar, el ‘supuesto’ jefe, llegó como tres cuartos de hora tarde. Sin disculparse, se puso a hablar con uno de los convocados sobre temas tan importantes como la crítica televisiva y la serie ‘Cuéntame’. No daba crédito a lo que estaba viviendo. Y yo con la columna del Ciudad por escribir, mi empresa descuidada y el partido de la Champions a punto de empezar. Y aquellos hablando de la tele. Total, que consigo que comience la reunión que se prolongó dos horas más. Tiempo en el que al jefe le sonó tres veces el teléfono (a mí también, mi madre, que si iba a cenar (¡Qué maja!)), hablamos de cuatro temas sin relación con el contenido de la misma y por fin, llegamos al asunto relevante. El gran momento llegó: Planteo mis dudas, problemáticas y propuestas. Respetan mi exposición y acaba la reunión diciendo que se estudiará cada una de ellas. ¡Pero bueno! ¿Todas esas horas perdidas para verle el careto a dos tipos? Ni un solo asunto resuelto, eso sí, una gran reunión.

Desde aquel día, las reuniones a las que acudo duran media hora como máximo, que es el tiempo real que se aprovecha en cualquier convocatoria. El resto es paja. Acudo a las reuniones ‘cañero’. Es decir, amenazo con irme si no se va al grano y antes de empezar, advierto que en media hora tengo otra reunión en mi oficina o en una hora y media en Alicante. Es la única manera de acabar con esta pesadilla de nombre ‘reunión’; llámese de vecinos, de trabajo o de Universidad.

2 comentarios:

Gilito dijo...

Esta noche tenemos una reunión, no?


Palabra de verificacion: petkok

natx dijo...

esas reuniones me molan