Ha sido en un encuentro en la tercera fase con mi amiga Marina que se casa el día 21. Ella presa por las prisas de los preparativos y yo porque no me acabo de aclarar con mi tiempo, nos citamos en el Rancho Wilson. Yo camino de Atzaneta, ella de su Muro natal. Es como un encuentro furtivo en el que se trafica con drogas, CD o órganos. Allí nos vemos, en el Rancho Wilson. Traspaso de la mercancía: Un tarjetón. Y el testigo: el Rancho Wilson. Tantas tardes adolescentes invertidas en esa piscina municipal con nombre de casa de Bush. Era un lugar apartado del mundo donde siempre te encontrabas a alguien. Recuerdo los helados y la propia piscina. Ahora está en ruinas y olvidado. Yo lo recuperaría, no sólo por los recueros, también por el nombre. ¿No os parece genial que un lugar de Muro se llame el Rancho Wilson?
1 comentario:
Po si, eixe rancho wilson, ieeejaaa!!!!!!!!!!. T'he de confesar que volia fer la boda allí, però no ha pogut ser. Menys mal que no et vaig pegar una morrejà, perquè si no ja la teniem, es suspenia el bodorrio per culpa el blog este!! No res, visca muro, visca el rancho, l'escultura del Tio Pep, els Helados Navarro i la Plana de Muro que ara està plena d'alcoians. I visca Natxete amb eixa barbeta!!!. Ens veiem el 21!! (jo seré la que vaig de blanc)
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