jueves, febrero 15, 2007

Figo & Ronaldo




La información lo ha revolucionado todo. Gracias a las nuevas tecnologías, al youtube, a la aldea global... uno estornuda en Moscú y lo percibe otro desde México D.F. en dos segundos. El poder de la información lo han utilizado todos atendiendo a sus intereses personales o empresariales. Gracias a la televisión, un gárrulo llamado ‘Paquirrín’ se permite el lujo de ligar. De otro lado, los futbolistas ganan y ganan más dinero por el simple hecho de pegarle a una pelotita. Son muy buenos, sí. Pero, ¿Acaso lo sabríamos sin televisión? Eso ha hecho que todo sea, en parte, mentira. Todos sonríen ante las cámaras y dicen aquello de... ‘ el fútbol es así, desde pequeño soñé con llevar la camiseta blanca/blaugrana’. Antes nos lo creíamos. Ahora, la saturación de la información y sobre todo, el abuso que de los medios han hecho todos estos tipos (artistas, hijos gárrulos de artistas, futbolistas y políticos) ha conseguido desprestigiar sus actos y sus manifestaciones. Ya nadie les cree porque han abusado. ¿Ustedes imaginan a Di Stefano vestido de blaugrana? ¿A Michael Jordan de los Lakers? ¿A Hitler con el puño en alto? ¿A Dalí pintando angelotes? Figo ha sido capitán del Barça y estandarte del Madrid. Ronaldo ha sido del Barça y del Madrid... pero descontento con eso, también ha vestido las elásticas del Inter y ahora del Madrid. ¿Se los cree alguien? Son famosos por la tele, por los medios, por la globalización, pero lo han llevado muy mal haciendo perder la ilusión por los colores a muchos chavales.
Y de la misma manera, gracias a la inmediatez y a la saturación de la información, no nos inmuta lo más mínimo que mueran 100 iraquíes en un solo día. La Primera Guerra Mundial estalló por un solo asesinato: el del archiduque de Austria-Hungría, Francisco Fernando, en Sarajevo. Y de eso, la mayoría se enteró décadas después gracias a los libros de texto.
La información descontrolada o mal administrada es peligrosa. De pequeño, todos veían normal que el chalet más grande del pueblo fuese del alcalde. Seguramente hoy, ese alcalde anda acongojado escondiendo billetes. Marbella tiene la culpa... Y el bendito Tomate.

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