lunes, mayo 28, 2007

La responsabilidad periodística en elecciones








Muchos periodistas hemos olvidado que parte de nuestro trabajo cumple con una función pública. Es una de mis pocas cruzadas personales que a menudo lanzo desde el balcón del Globo por si alguno de los profesionales del Periodismo lo recoge.



Hemos asistido, a lo largo y ancho de la pasada campaña electoral, a innumerables ejemplos de falta de ética periodística por parte de muchos ‘profesionales del ramo’. Y no hablo de las cadenas, emisoras y periódicos locales.



Exactamente lo mismo sucede en los grandes imperios mediáticos. La frontera marital entre el político y el ‘periodista’ es tan fina que hay momentos en los que no se distingue. Y el político pasa a ser periodista y el periodista pasa a ser político.
Según el investigador Randal, los políticos son los principales contactos de los periodistas y de donde surgen importantes informaciones y escándalos. Son una abundante fuente de información. Los políticos tienden a facilitar a los periodistas informaciones que sirven para promover causas particulares.



Pero si el periodista es suficientemente consciente y consecuente, puede esquivar esta intencionalidad y sacar buen fruto informativo de estas fuentes. (DAVID RANDALL (1999): El periodista universal. Madrid, Editorial Siglo XXI. Cap. 6. P. 77 y 78.). Pero no siempre es así, y por desgracia, ambos colectivos se entremezclan en redacciones y despachos. De ahí mi insistencia por lo que a la responsabilidad periodística. A los periodistas nos leen e incluso algunas personas nos hacen caso.



Defendamos pues los términos tan manoseados como la Objetividad, la parcialidad y el respeto. Un periodista es de cualquier partido, pero no lo debe manifestar nunca. Y por favor, no más intrusismo.

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